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La conquista y colonización española de Norteamérica

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Actualizado: 15-08-2018
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Mapa de Norteamérica en el siglo XVI
Mapa de Norteamérica en el siglo XVI

Hay muy poca literatura sobre hecho tan magnífico como fue la conquista y colonización española de Norteamérica. Y mucha menos sobre la experiencia y el trabajo de unos pocos españoles que, como otros muchos, en su búsqueda de nuevas oportunidades y una vida mejor se aventuraron más al norte de Cuba y Nueva España en pequeñas y grandes expediciones sin tener casi datos, ni relatos fiables sobre qué se iban a encontrar en el camino.

España exploró y conquistó extensísimos territorios que abarcaron desde Carolina del Norte en la costa Este norteamericana hasta Alaska en la punta noroeste del subcontinente: California, Arizona, Nuevo México, Texas, Alabama, Mississippi, Arkansas, Kansas, Florida, Louisiana, Virginia, Georgia, Carolina del Sur y del Norte, Tennessee, Oklahoma, Oregon, Nevada, etc. Esas exploraciones, conquistas, colonizaciones y defensa de estas extensiones tuvieron que realizarse con muy pocos recursos y en un ambiente hostil y muy difícil. Todas estas regiones habitadas por nativos en muchos casos muy violentos formaron parte posteriormente del virreinato de Nueva España.

Estas expediciones que hicieron posible su recorrido, estudio y colonización fueron realizadas por unos hombres duros y agerridos que tuvieron que enfrentarse a peligrosísimas tribus nativas (navajos, apaches, semínolas, pueblos, sioux, comanches, etc) o aliarse con ellas.  Sin olvidarse de los sacrificados religiosos que, en muchos casos olvidados por las fuerzas civiles y militares,  realizaron su tarea evangelizadora en solitario frente a tribus que a menudo les acogieron bien y con hospitalidad pero en otras muchas ocasiones sufrieron terribles torturas y fueron vilmente asesinados. Tuvieron que mantener aislados fuertes en zonas difíciles de defender y con muy pocos hombres y armamento. Una auténtica hazaña que no tiene parangón en la historia, como ocurre en casi todo lo que ocurrió en el Nuevo Mundo durante aquellos años.

Pero la hazaña no fue solo su exploración, conquista y colonización, sino mantener esos vastos territorios bajo soberanía española y defenderlos contra las incursiones nativas y europeas.

Hay mucho material de todo tipo sobre la conquista de Norteamérica sobre todo lo referido a la conquista anglosajona, holandesa y francesa. Más tarde llegaría la conquista del oeste y la ocupación de la costa oeste desde la costa este azuzada por el desarrollo del ferrocarril y el descubrimiento de oro en los ríos californianos. Pero mucho antes de que estos colonos llegasen y conformasen las actuales naciones de Canadá y Estados Unidos los españoles habían explorado, recorrido y recogido en mapas estas inmensas e inhóspitas tierras sentando la base para una colonización posterior más profunda y sin tantos riesgos. Se puede decir que España con su acción exploradora “alisó” el terreno para que otros luego se aprovechasen.

Con el término “Norteamérica” quiero referirme al territorio actual de Estados Unidos y la costa este del Canadá que es donde se produjeron los principales hechos expedicionarios. Y muchos dirán que qué ocurre con México, que es también una nación norteamericana. Pues queda fuera de estos artículos ya que su conquista fue tratada en este blog en profundidad por su mayor importancia política e histórica. No es ni mucho menos marginarla de sus compañeros norteamericanos sino que al ser más importante y con mayor calado ya tuvo su propio lugar.

Tras el Descubrimiento de América de 1492 por parte de Cristóbal Colón, los adversarios de Castilla trataron de encontrar el paso hacia Asia por el norte de las tierras descubiertas por los castellanos. Los primeros intentos de encontrar esa ruta norteña vinieron de mano de las coronas inglesa y portuguesa. La primera exploración que se topó con Norteamérica organizada por una nación europea fue la del genovés Juan Caboto en 1496. La corona inglesa encargó a Caboto buscar una nueva ruta hacia Asia y que fuese más corta que la descubierta por Colón. Este navegante previamente buscó financiación en las coronas castellana y portuguesa pero no tuvo éxito y no le quedó otra que recurrir al rey Enrique VII de Inglaterra que sí le hizo caso y accedió a financiarle su aventura.

Tras partir de Bristol y cruzar el océano por el Atlántico norte se calcula que pudo llegar al actual cabo Bonavista en la costa nordeste de la isla de Terranova. Caboto creyó, al igual que Colón, que había llegado a Asia, concretamente al Cipango (Japón). Y así volvió convencido a Inglaterra donde fue premiado y se le concedió financiación para una nueva expedición, esta vez  más amplia, con más buques, más hombres y con la intención de establecer una colonia en las costas exploradas.  Partieron en 1498 de nuevo de Bristol y jamás se volvió a saber de ellos, el océano se los tragó.

Las siguientes expediciones fueron organizadas y financiadas por la corona portuguesa si bien tampoco pusieron mucho empeño en ellas. Podrían destacarse las de los hermanos Gaspar y Miguel  Corte. El primero en 1500 llegó a Terranova y Groenlandia pero en el viaje de vuelta desapareció. Su hermano Miguel no pudo asumir la pérdida de Gaspar y tratando de no perder la esperanza de encontrarle vivo organizó una expedición para rescatarle y tristemente terminó de la misma manera, desaparecido en el mar. Estos desastres pueden hacernos una idea de lo arriesgado y complicado que era cruzar el océano en esos años.

Poco después el navegante también portugués Joao Fagundes llegó hasta las costas del actual Nueva Escocia y fundó un pequeño pueblo de pescadores pero que duró tan solo unos años. Fue abandonado y con ello barrido cualquier vestigio de civilización europea en esos territorios norteamericanos.

Estos primeros intentos de encontrar una ruta norte hacia Asia quedaron en el olvido y no supusieron ninguna conquista ni colonización efectiva. En los siguientes años las expediciones serán únicamente castellanas y en vez de intentarlo por la zona norte comenzarán a producirse desde el sur de Norteamérica partiendo desde las tierras ya conquistadas como eran Cuba y la isla Española (actual isla de Santo Domingo) y tras la conquista de México la mayoría de expediciones partirían desde el virreinato de Nueva España. El primer navegante castellano en realizar una tentativa en subcontinente norteamericano fue el capitán Juan Ponce de León en 1512, si bien él pensaba que aquellas tierras de la Florida eran una isla y no lo que posteriormente resultó ser.



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