Nuño Beltrán de Guzmán, nacido en Guadalajara (España) en 1490. Fue nombrado gobernador de Pánuco en 1525, territorio arrebatado a su descubridor y conquistador Francisco de Garay. Marchó a su gobernación y una vez allí y debido a la rivalidad entre el rey Carlos I y Hernán Cortés fue nombrado presidente de la primera Real Audiencia creada en Tierra Firme (la primera en el Nuevo Mundo fue la de Santo Domingo), la Real Audiencia de México, creada para controlar la acción gobernadora de Cortés y funcionar como contrapeso del poder del mismo.

Desde el principio siendo gobernador de Pánuco se empleó con inusitada violencia contra los nativos que no colaboraban con él. Todo por conseguir datos de la existencia de grandes riquezas. Se enfrentó abiertamente a Hernán Cortés al que acusó de haber realizado maltratos a los indígenas pero el rey finalmente dio la razón al extremeño al que nombró gobernador general de Nueva España. También tuvo rencillas con el obispo Zumárraga, que ostentaba el cargo de Protector de Indios, que le denunció y excomulgó.

Todos estos hechos le llevaron a salir de México y buscar su propia fortuna en territorios inexplorados. Preparó una expedición de 300 soldados españoles y 8000 indios aliados. Su lugarteniente fue Cristóbal de Oñate y su maestre de campo Antonio de Villarroel. Partieron de México en diciembre de 1529 en dirección a Michoacán, en enero de 1530 fundó Santa María de la Purificación a orillas del río Lerma. A partir de aquí entraron en el territorio chichimeca formado por las regiones de Colima, Jalisco, Tepic, Tonalá, Chiametla y Culiacán. No encontraron oro ni plata lo que les hizo seguir la marcha más al norte llegando a Guanajuato, fértil y poblada región.

La estrategia militar pasaba por incendiar los pueblos que eran tomados para evitar ser atacados por la retaguardia, si bien se excusó con los indios aliados que según él eran los que realizaban esas sucias tareas. Así lo hizo en Cuyna y en Cuitzeo. Siguió luego el cañón del Lerma, combatiendo a los cocas y a los tecos. Encontró mayor resistencia en Tonallan. Cruzó el río Santiago y entró en el territorio de los caxcanes. Destruyó Nochistlán y El Teúl, y desde este último lugar se dirigió a Nayarit, pasando por tierras de Jalisco y Colima, que ya habían sometido Sandoval y Alonso de Avalos. El veedor y antiguo gobernador Peralmíndez Chirinos, efectuó una expedición a Zacatecas por orden de Nuño de Guzmán. Este último siguió hasta Jalisco, que conquistó y destruyó. Luego fue a Tepic y continuó por las tierras costeras hacia el noroeste. En Atecomatlan tuvo que dar una batalla difícil, que ganó, no obstante.

Nuño fundó dos provincias: la de Cuiliacán y la Chametla que junto a las actuales de Sinaloa, Jalisco, Aguascalientes, Zacatecas y San Luis de Potosí conformaron el nuevo reino al que él dio el nombre de “Conquista del Espíritu Santo de la Mayor España” pero que la reina de España Juana I de Castilla, que gobernaba en nombre del ausente Carlos I, le cambió a “Reino de la Nueva  Galicia” ordenándole que fundase una ciudad con el nombre de “Santiago de Galicia de Compostela” como capital del nuevo reino.

Estos territorios conquistados por Nuño de Gúzmán abrieron el camino para exploraciones posteriores hacia el noroeste de Nueva España y hacia el suroeste de los actuales Estados Unidos. Además fundó la ciudades de Guadalajara, Culiacán Sinaloa y Tepic Nayarit.