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Caída de Tenochtitlan y captura de Cuauhtemoc

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Actualizado: 13-08-2018
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Ataque final a Tenochtitlán

Ya estaba todo preparado para la caída de Tenochtitlan. Hernán Cortés nombró a tres capitanes como jefes de sus ejércitos y los distribuyó por distintos puntos alrededor de la ciudad mexica. Estos tres capitanes eran Pedro de Alvarado, Cristóbal de Olid y Gonzalo de Sandoval. El final de la conquista de México estaba cercano. Las tropas españoles y sus aliados marcharon sin ningún tipo de resistencia hasta Tacuba en donde se alojaron. Desde aquí­ ya se oí­an los gritos y los insultos de los mexicas invitándoles a entrar en combate con ellos. Estos tení­an la laguna y las calzadas completamente tomadas.

Comienza el asedio de Tenochtitlan: corte del agua

Lo primero que hicieron los ejércitos de Alvarado y Olid fue ir a Chapultepec y cortar el acueducto que llevaba el agua a Tenochtitlán. Tuvieron que enfrentarse a un pequeño ejército mexica pero lo derrotaron. El primer paso para iniciar el sitio de la ciudad habí­a sido dado. Ya no llegarí­a más agua a la capital, tan solo podrí­an vivir con la que tuviesen almacenada. Mientras tanto Sandoval salió de Tezcuco y atacó Iztapalapa en donde tuvo un dura batalla contra los mexicas a la que sobrevivió gracias a que desde Tezcuco partió Cortés con sus trece bergantines y atrajo a muchas de las canoas mexicas que le estaban plantando cara.  Cortés a pesar de verse rodeado por cientos de canoas pudo vencerlas embistiéndolas directamente gracias al mayor tamaño y velocidad de su nave.

Durante varios dí­as continuaron las luchas entre los mexicas y los españoles y sus aliados tlaxcaltecas y totonacas. A pesar del corte del acueducto de Chapultepec y de las calzadas para impedir la entrada de alimentos y agua los mexicas aprovechaban la oscuridad de la noche para introducir por barca en Tenochtitlan aprovisionamientos por lo que se decidió poner dos bergantines a vigilar y cazar esas canoas. Táctica que consiguió reducir el tráfico de entrada pero no liquidarlo.

Avances por las calzadas apoyados por los bergantines

Los españoles que atacaban por las calzadas iban poco a poco ganando terreno apoyados desde los lados por los bergantines que conseguí­an reducir el ataque de las canoas mexicas desde el lago. Cuando conseguí­an conquistar unos metros de calzada derribaban las casas para evitar ser atacados desde ellas y levantaban un muro para defenderse.

Ofertas de paz de Cortés a Cuauhtemoc

En un momento dado, cuando las tropas invasoras consiguieron realizar varias incursiones muy destructivas dentro de la ciudad, Cortés vio que serí­a el momento adecuado para ofrecer la paz a Cuauhtémoc enviándole tres emisarios mexicas capturados. Pero la respuesta fue un brutal ataque contra las posiciones españolas que fue reprimido. La suerte estaba echada, ya no habí­a posibilidad de paz, la guerra y la destrucción total serí­a el camino.

Captura de Cuauhtemoc

A los pocos dí­as llegaron los españoles a la zona del templo Mayor en donde se encontraban los edificios mexicas más importantes. Sus principales habí­an huí­do a una zona a la que era difí­cil acceder a pie por lo que hubo que preparar un ataque con los bergantines, encargándoselo Cortés a Gonzalo de Sandoval. Viendo Cuauhtemoc la que se le vení­a encima decidió huir de la ciudad en unas canoas que ya tení­a preparadas y trató de llegar a la costa del lago. Tras una breve persecución el capitán español Garcí­a Holguí­n identificó la caona en la que iba el jefe mexica y amenazando con dispararle le capturó y lo entregó a Cortés.

Estamos en el dí­a 13 de agosto de 1521, el dí­a del fin del imperio azteca.



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