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Pánfilo de Narváez y Cabeza de Vaca, exploración del Sur de Estados Unidos

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Actualizado: 06-11-2018
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Mapa de la expedición de Pánfilo de Narváez y Cabeza de VacaPánfilo de Narváez, segoviano nacido en 1470.  Sirvió al gobernador de Jamaica, Juan de Esquivel, y posteriormente marchó a la isla Española en donde fue nombrado lugarteniente de Diego de Velázquez con el que participó en la conquista y colonización de Cuba.

Cuando Hernán Cortés traicionó a Velázquez éste le envió a México a capturar al extremeño pero fue vencido y capturado en Veracruz donde estuvo retenido casi 2 años.

Llegados a este punto, pasados 14 años desde la primera vez que Ponce de León pisó las tierras norteamericanas, ya prácticamente se conocían todas sus costas y sus ríos, pero solo era esto, del interior aún no se sabía nada a pesar de las leyendas y mitos que se contaban entre los marineros.

Narváez tras ser liberado por Cortés fue nombrado adelantado y gobernador de todas las tierras desde el río de las Palmas y la Florida por el rey Carlos I y le dio permiso para organizar una expedición de exploración del interior de Florida en busca de grandes civilizaciones y riquezas. Le ordenaba fundar al menos dos ciudades con un centenar de vecinos y protegerlas con dos fortalezas costeras. Esta fue una de las exploraciones más largas e impresionantes de la historia de la humanidad. Sus miembros supervivientes cruzaron todo los estados del sur de los actuales Estados Unidos, el norte de México y Texas y descubrieron el gigantesco río Mississippi.

Narváez no tardó mucho en prepararla y partió desde Cádiz el 17 de junio de 1527 al mando de una flota de 5 buques y 600 hombres, 450 soldados y 150 marineros, esposas y sirvientes. Tras recalar en las Islas Canarias para reabastecerse de agua, vino, leña, carnes y frutas se lanzaron a cruzar el océano en dirección a Santo Domingo. Al llegar al puerto del río Ozama en Santo  Domingo desertaron más de 100 soldados por las noticias que habían llegado de la expedición de Lucas Vázquez Ayllón en la costa este norteamericana en la que solo regresaron vivos 150 expedicionarios de los 600 que partieron. A pesar de estos reveses continuaron adelante, esta vez parando en Santiago de Cuba desde donde enviaron dos naves a la ciudad de Trinidad en Cuba para recoger caballos y otros suministros pero un huracán los sorprendió perdiéndose ambas naves con  60 hombres y caballos.  Cuatro meses después en Cienfuegos (Cuba) compraron varias naves y reclutaron a más hombres pero al partir dieron con unos bancos de arena en el archipiélago de los Canarreos, cerca de la costa cubana, quedando atrapados allí durante casi 3 semanas y no pudiendo salir hasta que una tormenta elevó el nivel del agua liberándolos. En fin, un desastre tras otro.

Lugar de desembarco de la expedición de Pánfilo de Narváez en Florida

No llegaron a su objetivos, las costas de la Florida, hasta el 18 de abril de 1528 con la mitad de la tripulación y con pocos suministros ya. Desembarcaron al oeste de la bahía de Tampa y se introdujeron tierra adentro tomando posesión de las tierras en nombre de Castilla y de su emperador. Los combates con los nativos eran constantes, no había manera de establecer un fuerte o un punto donde resistir por lo que continuaron con la búsqueda de ciudades y reinos ricos al estilo de Tenochtitlán donde poder enriquecerse y prosperar.

El 1 de mayo de 1528 Narváez decidió dividir la expedición en un contingente terrestre y otro marítimo pero ambas unidades jamás llegaron a encontrarse de nuevo. Los terrestres siguieron dirección norte por el río Withlacoochee encontrándose con los indios timucuas y más al norte con los Apalachee. Con los primeros no hubo ningún problema pero los segundos les atacaron con cargas muy rápidas y eficientes y contra las que casi no podían responder. Así estuvieron varias semanas en las que Narváez envió varias pequeñas expediciones a los alrededores en busca de alguna ciudad más grande o indicios de alguna civilización importante pero no encontraron nada, solo pantanos, arenas movedizas e indios hostiles.

Averiguaron que al sur había un pueblo llamado los autes que disponían de muchos alimentos por lo que decidieron marchar hacía allí acosados en su retaguardia por los apalachees. Cuando encontraron el poblado aute este había sido quemado y abandonado pero aún así lograron abastecerse de alimentos. Allí se quedaron mientras construían unos pequeños bergantines para poder navegar hacia el mar por un río que allí encontraron. Habían perdido toda esperanza en la exploración por tierra y solo vieron posible su salvación descendiendo el río y llegando al mar para reunirse con los que allí quedaron. Una vez llegados a las costas del Golfo de México pusieron rumbo a Nueva España pero una brutal tormenta a la altura del delta del Mississippi los separó y hundió.

Ahí terminó la expedición para Narváez y la inmensa mayoría de los que habían sobrevivido a la catástrofe de esta primera expedición por tierras norteamericanas. Solo quedarían unos pocos comandados por Cabeza de Vaca.

Álvar Núñez Cabeza de Vaca, nacido en Jerez de la Frontera (Cádiz – España) en 1507, era el tesorero y alguacil de la expedición. Narváez le ordenó comandar la parte marítima de la expedición quedando a la espera de encontrarse mientras exploraban aquellas indómitas costas. Una vez se unieron los 15 supervivientes de ambas huestes llegaron a la llamada Isla del Mal Hado en donde se refugiaron. Allí solo vivían indios pobres que se alimentaban de raíces, bayas y pescado que les ayudaron y permitieron sobrevivir hasta la primavera. Gracias a sus conocimientos de medicina se ganaron el puesto de curanderos entre los indios a los que trataban y también manipulaban una vez conocieron todas sus supersticiones.  En un momento dado en que Cabeza de Vaca se encontraba enfermo trece de los supervivientes decidieron marcharse de la isla y dejarle ahí. De estos trece solo sobrevivieron tres, los únicos que no cayeron en manos de indios que los rodearon y asesinaron.

Cabeza de Vaca fue utilizado como esclavo en tareas sencillas ya que su debilidad no le permitía hacer mucho más. Gracias a ella los indios casi no le tenían en cuenta, no veían un peligro en él. Esto lo aprovechó Álvar para poco a poco ir conociendo y recorrer los entornos en que vivía su tribu. Estableció relaciones comerciales con poblados del interior a los que vendía productos costeros, y a los pueblos costeros mercancía del interior. Estos viajes le permitieron explorar territorios que podrían llegar hasta Colorado. En su libro Naufragios y Comentarios habla de ellos y los describe a la perfección. Fue prosperando y poco a poco se fue ganando el respeto de los nativos. Varios años después, en 1534, se encontró con los otros tres supervivientes de la expedición de Narváez a los que instruyó en la medicina que les practicaba a los indios y decidieron marcharse.

Recorrieron toda Texas llegando ya a las cercanías de Nueva España en donde empezaron a tener noticias de extraños hombres barbudos que había enviado el cielo.  Lograron contactar con una partida de soldados españoles que buscaban esclavos por tierras de Sinaloa en México.  El capitán Diego de Alcaraz fue el encargado de firmar un papel que dio crédito a Cabeza de Vaca y sus acompañantes y el 1 de mayo de 1536 llegaron a Culiacán donde fueron recibidos por Melchor Díaz, siguieron camino a Compostela, capital de Nueva Galicia y finalmente llegaron a Ciudad de México donde se les realizó un magnífico recibimiento. Allí contaron sus aventuras y despertaron los sueños y el deseo de aventura de nuevos aventureros dispuestos a dejarse la piel por conquistar y colonizar nuevas tierras  y nuevas riquezas.

De los 600 hombres iniciales 8 años después solo sobrevivieron 4. Esta es una clara muestra de la dificultad y el sacrificio que la exploración y conquista de un territorio lejano puede suponer.



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